La obesidad es un trastorno metabólico en el que se produce una acumulación anormal de grasa en el cuerpo y que es perjudicial para la salud. La obesidad es una enfermedad que se va agravando con la edad y que tiene mucha relación con el estilo de vida y los hábitos de cada persona: si una persona no cuida su alimentación y no realiza ejercicio de forma regular puede padecer obesidad en algún momento de su vida, por eso es importante llevar un estilo de vida saludable que nos ayude a prevenir la obesidad.

Una de las formas más sencillas de averiguar si una persona padece obesidad es mediante el cálculo del Índice de Masa Corporal o IMC. Aunque también existen otros métodos como la antropometría (a través de la medida del grosor de los pliegues de la piel), un TAC, o una resonancia electromagnética.

Las causas de la obesidad son muchas y muy variadas y pueden producirse de manera aislada o bien conjuntamente.

Las causas de la obesidad están relacionadas con:

• El estilo de vida. Es una de las causas principales de la obesidad y está condicionada por los hábitos alimenticios y por el ritmo de vida de cada persona. Unos malos hábitos alimenticios unidos a una vida sedentaria sin actividad física. Hacen que se produzca un desequilibrio entre las calorías consumidas y las calorías gastadas, lo que propicia el aumento de peso y la obesidad.

También hay otro tipo de factores, como el consumo de alcohol o el tabaco que favorecen la obesidad. En el caso del alcohol el aumento de peso se debe al aporte calórico de las bebidas alcohólicas y en el tabaco el problema suele surgir cuando la persona deja de fumar y siente cierta adicción hacia el tabaco, lo que le lleva a realizar otras actividades como comer compulsivamente.

• Factores genéticos. Muchas personas padecen obesidad por predisposición genética, es decir, si los padres son o han sido obesos hay más posibilidades de padecer obesidad. Además esta predisposición genética unida al estilo de vida no saludable incita de una manera más grave a la obesidad.
• Problemas de salud. Existen ciertas enfermedades que están ligadas con la obesidad, como le hipertiroidismo, el ovario poliquístico o el Síndrome de Cushing. En estos casos además de tratar el problema de la enfermedad es necesario realizar un seguimiento de la enfermedad para minimizar los riesgos de ambas enfermedades.
• Cambios hormonales. Generalmente la edad es uno de los factores que favorecen a la obesidad, ya que a medida que una persona envejece, su metabolismo se ralentiza y genera menos calorías.

En el caso de las mujeres, factores como el embarazo o la menopausia pueden ser considerados como causas que provocan obesidad debido a los cambios hormonales que se producen en este periodo.

La obesidad puede producir problemas de salud de diversas categorías:

• Problemas en el sistema cardiovascular. Enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, accidente vascular cerebral, muerte prematura.
• Problemas en el sistema respiratorio. Dificultades respiratorias, apnea del sueño.
• Problemas en el sistema locomotor. Osteoartritis en las articulaciones, defectos posturales, menor movilidad, menor agilidad física.
• Problemas en la piel y el cuerpo. Estrías, callosidades plantares, papilomatosis.
• Problemas en el sistema hepático, renal y metabólico. Diabetes tipo II, problemas hepáticos, trombosis renal.
• Problemas reproductivos. Disminución de la fertilidad y en el caso de las mujeres menstruación irregular.
• Problemas oncológicos. Riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como en cáncer de mama.
• Problemas psicosociales. Menor autoestima, menor comunicación social, discriminación social y laboral.
• Problemas médicos. Mayor riesgo quirúrgico y anestésico y posibles interferencias en el diagnóstico de otras enfermedades.

La obesidad puede prevenirse si se tiene un control sobre el cuerpo, aun así es necesario saber que síntomas nos pueden ayudar a saber si estamos aumentando de peso de una forma no saludable y perjudicial para la salud.

• Baja resistencia. Las personas con síntomas de obesidad tienden a tener una baja resistencia física que favorece el cansancio y en ocasiones la dificultad para respirar ante esfuerzos físicos.
• Sudoración. Es uno de los síntomas que se ven agravados en situaciones de esfuerzo físico o a altas temperaturas.
• Molestias articulares. Generalmente las personas con predisposición a la obesidad sienten molestias en las articulaciones, sobre todo en la zona de las rodillas o los tobillos, debido a que el peso extra del cuerpo sobrecarga las articulaciones en la zona inferior del cuerpo.
• Consecuencias psicosociales. Las personas con indicios de obesidad pueden sufrir problemas en las relaciones sociales, lo que conduce a una baja autoestima y depresiones.

Tratar la obesidad a tiempo es muy importante para mejorar la calidad de vida y minimizar el riesgo de sufrir otras enfermedades.

Dependiendo del grado de obesidad de cada paciente, será recomendable utilizar unos métodos u otros, que podrán incluso ser tratamientos endoscópicos de reducción de estómago.

En la mayoría de los casos de obesidad se siguen las siguientes aplicaciones:

• Cambios en la dieta. Se realiza una dieta equilibrada personalizada para reducir la ingestión de calorías. Esta dieta debe estar supervisada por un especialista que haga un seguimiento del paciente.
• Realización de actividad física. La intención es quemar calorías y aumentar el gasto calórico haciendo ejercicio. La realización de cualquier actividad física en personas con obesidad debe estar supervisada por un profesional que adapte la intensidad del ejercicio a las capacidades y aptitudes físicas del paciente.
• Psicoterapia. Las personas que padecen obesidad necesitan un seguimiento psicológico para poder vencer el problema, por eso en necesario contar con apoyo para poder progresar en el tratamiento y corregir aquellas conductas que favorecen la obesidad.
• Fármacos. En algunos casos puede ser necesario el uso de medicamentos para ayudar a la persona a bajar de peso o bien a controlar la ansiedad por la comida.
• Tratamientos endoscópicos. La obesidad puede tratarse a través de procedimientos endoscópicos para reducir la capacidad del estómago y de esta manera minimizar la cantidad de calorías ingeridas y que se produzca la pérdida de peso.

En este sentido se han desarrollado nuevos métodos para combatir la obesidad y que dan grandes resultados, como el Método Apollo o el Balón Gástrico.

Para prevenir la obesidad en necesario seguir un estilo de vida saludable en el que la alimentación sea equilibrada y se practique ejercicio de forma regular.

Con respecto a la dieta, es necesario que primen los alimentos bajos en calorías, como la fruta o la verdura, aunque también hay que incluir alimentos ricos en proteínas, hidratos de carbono y grasas naturales para el aporte energético del cuerpo.

No podemos olvidarnos de incluir la fibra en nuestra dieta diaria e ingerir al menos 1,5 litros de agua al día para mantener el cuerpo hidratado.

La realización de ejercicio es necesaria para complementar la alimentación, aunque es necesario saber cuál es la resistencia y las aptitudes físicas de cada persona para ajustar el ejercicio.

Es recomendable hacer ejercicio entre 3 y 4 veces a la semana durante al menos media hora y que la intensidad del ejercicio sea media. Salir a andar, subir y bajar escaleras o practicar natación son algunos de los ejercicios a tener en cuenta para tener un estilo de vida saludable.