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Cuidar tu peso en Navidad

Cómo cuidar tu peso en Navidad

La Navidad es una época de celebraciones y excesos en la que nuestra salud puede resentirse. En los días señalados, tendemos a comer y a beber más de lo habitual y es muy probable que abandonemos nuestros esfuerzos por mantenernos sanos y que ganemos algunos kilos. Sin embargo, si haces un pequeño esfuerzo, podrás cuidar tu peso en Navidad sin tener que renunciar a disfrutar de las fiestas.

Básicamente, se trata de utilizar nuestra fuerza de voluntad y cambiar algunos hábitos típicos de estas fechas. Apunta los siguientes consejos:

  • Mantén una dieta equilibrada los días no festivos. En estas dos semanas existen muchos días en los que no tenemos celebraciones, pero a veces la inercia nos lleva a seguir comiendo más cantidad de lo habitual. Las sobras del día de Navidad, la bandeja de los dulces, pedir comida basura a domicilio porque no nos apetece cocinar… son tentaciones que aparecen estos días y que debemos evitar para que nuestro peso no se dispare.
  • Prohibido saltarse comidas. En ocasiones, para compensar la cantidad de alimentos que vamos a ingerir en una celebración, tendemos a saltarnos el desayuno o la comida previas. Esto es un error, ya que lo único que conseguiremos es llegar con más hambre al banquete y comeremos más y a mayor ritmo. Por tanto, hay que intentar mantener las 5 comidas diarias: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.
  • Sé selectivo, no piques de todo lo que hay. En todas las casas ocurre lo mismo: se prepara mucha más comida de la que se necesita. Canapés, langostinos, embutido, carne, pescado… una variedad inmensa de comida, preparada con mimo por nuestros seres queridos y con una pinta exquisita. Pero si quieres cuidar tu peso en Navidad tienes que saber controlarte y elegir solo aquello que más te guste y que te permita saciar el hambre. Además, es importante que comas despacio, pues de lo contrario ingerirás más de lo que necesitas.
  • Cuidado con el alcohol. No solo hay que cuidar lo que comemos, sino también lo que bebemos. El alcohol supone un alto aporte calórico, por lo que es muy recomendable combinarlo con agua para calmar nuestra sed durante las celebraciones. Un par de copas de vino o cava son una buena elección para brindar, pero debemos evitar los chupitos y combinados con mayor graduación.
  • Dulces sí, pero con moderación. Una Navidad no sería lo mismo sin el turrón, los polvorones y el roscón, pero son una de las principales causas de que engordemos estos días. Hay que controlar mucho los dulces que tomamos y, como ocurre con el resto de alimentos, no es necesario que probemos todo lo que tenemos a nuestro alcance.
  • No descuides el ejercicio. Con las vacaciones y los días festivos solemos alterar nuestra rutina y es muy probable que dejemos de lado la actividad física. Pero precisamente ahora que comemos más es cuando más activos deberíamos estar. Es una buena época para dar un paseo con la familia después de comer o para practicar deporte con los amigos.
prevenir la obesidad

Consejos básicos para prevenir la obesidad

Llevar un estilo de vida inadecuado es una de las principales causas de la obesidad. Una vida sedentaria, acompañada de unos malos hábitos alimenticios, provoca que se consuman menos calorías de las que aportamos a nuestro cuerpo y que, por tanto, nuestro peso aumente. Ante esta realidad, es importante que sigamos unos consejos básicos para prevenir la obesidad.

Según lo que hemos dicho, podemos establecer dos premisas que nos permitan mejorar nuestro estilo de vida y que, en consecuencia, nos ayuden a evitar la obesidad: llevar una alimentación sana y equilibrada y practicar ejercicio físico de forma regular.

Cómo mantener una dieta equilibrada

Los alimentos bajos en calorías, como la fruta y los vegetales, deben ser la base de nuestra dieta, aunque también debemos asegurarnos de aportar energía a nuestro organismo a través de alimentos ricos en proteínas, hidratos de carbono y grasas naturales.

El aporte de energía que requiere una persona depende de varios factores como el sexo, la edad, la altura, la complexión o la actividad diaria que realiza. Por simplificarlo, podríamos decir que rondaría las 2.000 calorías al día, aunque ese valor varía dependiendo de los factores comentados. Veamos de qué forma debemos repartir la ingesta de calorías:

  • Hidratos de carbono: deben suponer nuestro principal aporte de calorías (entre un 55 y un 60%). Nos proporcionan energía que quemamos rápidamente cuando hacemos ejercicio, por eso los deportistas suelen comer pasta antes de una competición. Sin embargo, los hidratos de carbono se transforman en grasa si no los consumimos, por lo que hay que medir la cantidad que necesitamos según la actividad que vayamos a realizar en nuestra jornada.
  • Proteínas: nos aportan solo un 15% de la energía que necesitamos, pero necesitamos tomarlas a diario, ya que no se acumulan. Las proteínas son importantes para el metabolismo y el crecimiento de los tejidos. Por lo tanto, no pueden faltar en nuestra dieta, pero no debemos abusar de ellas.
  • Grasas: en una dieta equilibrada no deberían superar el 30% del aporte calórico, ya que tienden a acumularse en nuestro cuerpo. De hecho, son las que utilizamos como reserva de energía cuando no contamos con los suficientes hidratos de carbono.

Además de controlar la energía que aportamos diariamente a nuestro cuerpo, es importante seguir otra serie de recomendaciones:

  • Se deben hacer 5 comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Es importante también que cuando comamos, mastiquemos bien los alimentos y evitemos las comidas copiosas.
  • Beber al menos 1,5 litros de agua al día: nuestro cuerpo necesita estar hidratado, así que no debemos olvidarnos de beber agua. La cantidad mínima recomendada es de 1,5 litros, pero dependiendo de la actividad física que realicemos y de la temperatura podemos necesitar más.
  • Incluir fibra en nuestra dieta: se deben tomar al menos 22 gramos por día de fibra. Además de en la fruta y en la verdura, podemos encontrarla en los cereales integrales.
  • No pasarnos con la sal ni el alcohol.

 

¿Cuánto ejercicio físico debo realizar?

Además de cuidar lo que comemos es recomendable realizar ejercicio físico entre 3 y 4 veces a la semana. En concreto, la Organización Mundial de la Salud recomienda practicar alguna actividad física durante 60 minutos diarios en el caso de los jóvenes y durante 150 minutos a la semana en el de los adultos. Esto no tiene por qué significar que nos tengamos que apuntar a un gimnasio; basta con que salgamos a caminar o a correr regularmente. Lo importante es que evitemos el sedentarismo, que nos mantengamos activos y que lo hagamos con regularidad.